Tras el día ártico de ayer hoy nos sorprende un día soleado sin nubes y casi sin viento. Desayunamos, cargamos el coche y subimos hacia el Snaefelljökull pero la pista resulta ser la F570 y las carreteras tipo F (de montaña) las tenemos excluidas por el seguro para los coches 2WD sólo permitidas para los 4WD (vehículos todo terreno) así que hacemos un paseito a pie hasta la Cueva Songhellir donde admiramos el glaciar con los prismáticos.

Tras el paseo ponemos rumbo a la capital, Reykjavik, a tomar posesión del apartamento que hemos alquilado para los próximos 4 días. Nos recibe la madre y la abuela del propietario (un chico de 29 años que esta de vacaciones). El apartamento esta muy bien y lo mejor de todo muy bien situado. Ubicado en una zona residencial muy tranquila (a escasos 5 metros enfrente de la puerta tenemos la embajada de EEUU) y a apenas 5 minutos andando de todo el centro neurálgico (calle Laugavegur y alrededores).Hemos concluido la vuelta a Islandia en el sentido contrario a las agujas del reloj, tras recorrer 2.164 km, y habiendo visitado los 4 puntos cardinales dejando para otra ocasión el interior más inhóspito e inaccesible al cual sólo se puede llegar en avioneta, helicóptero o vehículo 4x4. A partir de hoy y con base en el apartamento de Reykjavík, nos moveremos por la zona del Circulo de Oro (Pingvellir, Geysir, Gullfoss), iremos a la Blue Lagoon y visitaremos a fondo la capital islandesa.

Salimos a cenar a hora española (10 de la noche) y nos pilla el toro pues la mayoría de los sitios empiezan a dar cenas a las seis de la tarde y las cocinas ya están cerradas. Acabamos en el Tapas barinn, un bar que intenta imitar el estilo español aunque con alguna peculiaridad, y que es el único bar/restaurante de Reykjavík que en fines de semana mantiene la cocina abierta hasta la una de la madrugada. Curiosidades del Tapas barinn para echar por tierra su estilo "spanish": el dueño es portugues, los cocineros son argentinos, las camareras islandesas, la música latina (merengue y salsa), la sangría parecía agua de charco de lo oscura y espesa y entre las tapas se podían degustar platos tan típicos y españoles como los que pedí yo: puffin (frailecillo) y ballena. A destacar la simpatía de una camarera que intentaba practicar con nosotros sus lecciones de español, y que se veía que le hacía ilusión intentar hablarnos en nuestro idioma.

Al salir de cenar nos dirigimos a la calle Laugavegur a empezar a disfrutar de la "runtur". Aunque parezca increible hay gente que viene desde New York o Londres hasta Reykjavík a pasar el fin de semana de fiesta. (En unos de los bares vimos al típico ricachón gordo americano de color paseándose por la pista bailando con su botella de Moët Chandon en la mano).


Segundo local, el Vegamot. Tuvimos que hacer un poco de cola para entrar y dentro nos bailamos como mucho cuatro canciones. Mucho calor, música trance, hip hop y funkie. A mis pies se cayó una chica del pedo que llevaba que no era capaz ni de levantarse.



Antes de volver a casa estuvimos charlando con un pequeño grupo con los que nos hicimos alguna foto y que nos intentaban enseñar como pronunciar el nombre del volcán Eyjafjallajökull. Es alucinante como se debería notar que no eramos de aquí porque la gente se nos acercaba a saludar y a preguntar que de donde eramos y que hacíamos en Islandia. Curiosamente cuando les decíamos que estábamos de "holidays" flipaban como diciendo "pero habéis venido a esta mierda de país de vacaciones ¿por qué?" que irónicamente les podías contestar "va solo para ver volcanes, cascadas enormes, glaciares, naturaleza en estado puro, y mil etc...."

Paseando sólo unos 5 minutos estábamos de regreso en nuestro apartamento y a dormir. Ah y decir que ........ "the winner is .......... ANGELS"
Nota: aunque parezca que es de día las fotos están tomadas a las cuatro de la madrugada. Gracias a Silvia por las fotos para esta entrada.
.
2 comentarios:
Majos los islandeses/as, no?
A las 6:30 en el pirineo también era de día...
las expresiones de Los espanoles, que hablan acentuando la ZZZZZ, tios Zeta Zeta, si que hablan gilipolleses
Publicar un comentario