jueves, 8 de enero de 2009

El tercer cumpleaños

Tal y como dije en un post anterior hoy es el tercero de mis cumpleaños. Hoy hace 4 años. Hoy tanto yo como Pitufa podemos decir que aquel día volvimos a nacer. Fueron 300 metros de caída según el informe de la Gerdarmerie Francaise desde lo alto del Arlas. Unos metros que se tradujeron en segundos. Segundos en los cuales Pitufa “desconecto” (parece ser que ante un fuerte shock la mente desconecta) pero yo visione toda la caída, lo cual por un lado me llevó a controlarla mejor pero por otro quizás al no “desconectar” es por lo que a veces la angustia que sufro es tan real, cuando me vienen los recuerdos. Angustia que vuelve cada vez que recuerdo el momento en el que llegué hasta el cuerpo de Pitufa que yacía inmovil. Angustia cada vez que recuerdo su carica llena de nieve, cuando llegó al puesto de socorro, tras evacuarla de la montaña y que le había salpicado al ir en una camilla arrastrada por un miembro del equipo de rescate esquiando. Angustia cuando vi llegar el helicóptero y al preguntar que porque era necesario me explicaron, medio en francés y medio en español, que había sufrido un traumatismo craneoencefálico y politraumatismos en las piernas, y que la ambulancia para llegar hasta el hospital iba a tardar mucho y la carretera era mala. Angustia de verla estremecerse de dolor en la cama del hospital, a pesar de la morfina, y de ver su cara desfigurada, ensangrentada y quemada por el roce con el hielo. Angustia de ver día a día que la recuperación era más lenta de lo que nos esperábamos.

Primeras atenciones del grupo de rescate tras el accidente

Contra esa angustia surgió poco a poco la ilusión. Ilusión de ver que los cuidados que le aplicaba en la cara con todo mimo y cuidado iban surtiendo su efecto. Ilusión de verla pasar de la cama articulada a la silla de ruedas, y más adelante a las muletas y meses después a caminar de nuevo, poco a poco, e incluso a salir al monte (le preparaba excursiones muy sencillas sin desnivel para pasear como, el bosque de Orgi). Ilusión de volver a verla sonreír mientras jugaba con la loca de la Yaiza……..


Tras pasar por el puesto de socorro de la Pierre San Martin, traslado a la ambulancia de los bomberos para acercar al punto donde aterrizaría el helicóptero

Si bien, hoy 4 años después, las pocas secuelas físicas que sufrí han pasado en mayor o menor grado, sin embargo las secuelas psíquicas siguen muy presentes y cuando me vienen los recuerdos la angustia es enorme. Hoy puedo decir que me siento muy responsable de aquello por haberla llevado por un sitio muy técnico sin que tuviese la experiencia adecuada. Por truncar un bonito día de monte y transformarlo en meses de dolor y recuperación física.

Monitorización y preparación antes de subir al helicóptero

Hace unos días visite de nuevo el Arlas. Estaba todo nevado como aquel día y la nieve dura y helada. Estaba precioso.... porque mira que es bonito y a pesar de odiarle no deja de atraerme. Quizás no tendría que tener motivos para odiarle. El simplemente estaba ahí, quieto, impasible, y nosotros éramos los que queríamos hollar su cima como símbolo de nuestra victoria sobre él. El error fue mío y no de él. Me infundió mucho respeto estar de nuevo a sus pies y de nuevo reviví la situación…….. La consecuencia: dos noches sin poder dormir.


Metiendo la camilla en el helicóptero medicalizado: piloto, copiloto, médico, ATS y ayudante

Algún día cuando este preparado lo volveré a escalar en invierno para sentarme en la cima del Arlas y sin más, respirar hondo, y disfrutar del bello paisaje blanco que desde él se ve . Quizás ese día desaparezcan la angustia y las pesadillas.

Despegue del helicóptero rumbo al Centre Hospitalier de Oloron-Sainte-Marie

Agradecer el rápido rescate y actuación a los miembros de NP-Y de Pierre San Martin, a los bomberos de Secours d'Urgences, a la tripulación del helicoptero medicalizado de Securite Civile, al médico y ATS del Smur Oloron y por su trato y profesionalidad a las enfermeras y médicos del Centro Hospitalario y Scanner de Oloron-Sainte-Mairie

La bonita pirámide de la cima del Arlas hace 5 días el pasado 3 de enero de 2009

9 comentarios:

Pitufa dijo...

Felicidades Carburo!
Fue toda una experiencia.. y de alguna manera sacamos algo positivo de ella.. seguro.. la montaña estaba allí y estará, solo elegimos la cara que no debiamos ... nada más... Por suerte.. lo podemos contar los dos.. Felicidades otra vez!

Duende dijo...

La montaña seguirá allí por toda la eternidad. Nosostros no. Muchas veces, aunque evaluamos el riesgo, el azar no deja de sorprerdernos, se producen situaciones traumáticas, que nos recuerdan que seguimos vivos. Esta es la vida que tenemos y que vivimos.

Felicidades majo

Duende dijo...

Y pitufa, felicidades a ti también.
Que susto nos dimos la gente que os apreciamos, y que bien que lo superasteis.

burbu dijo...

Muchas felicidades a los dos. Aquí mi regalo para que podáis celebrarlo en condiciones.

Pitufa dijo...

Gracias Burbu!!! así se supera cualquier mal!! :) ñam ñam que rico...
Duende, imagino el susto si.. nosotros tambien nos asustamos jeje pero como tu bien dices... nos recordó que estamos vivos y muy vivos!!
besotes

Carburo dijo...

Pitufa: a poder ser que las proximas experiencias sean buenas... ¿habra que subirlo algun invierno, no? Felicidades..¡¡

Duende: igual.. prefiero sentirme vivo por cosas buenas...

Burbu: Tu si que sabes conquistarme.... ¡¡que pedazo tarta¡¡. Muchas gracias...

HombreRevenido dijo...

Vaya Odisea.

Que cumpláis muchos más. Ni la montaña se moverá, ni la vida dejará de ser eso, un alquiler extraño en el que conviven la felicidad y la tristeza, ¡pero gratis!

Anónimo dijo...

La de historias trúculas que llevas vividas...
¿de verdad eres tú?
¿seguro que no eres un zombie?

Anónimo dijo...

Cuando estes dispuesto a regresar a la cumbre del Arlas cuenta con mi compañia...
JIUZ