miércoles, 2 de julio de 2008

CARBURO IN THE WORLD (V)

Hace tiempo que no ponía una nueva aventura de la serie Carburo in the World así que es lo que toca. El post de hoy va dedicado a una persona que en breve se examinará del permiso de conducir. “Grandullona” estoy seguro que vas a aprobar a la primera y así podrás viajar en coche, sino hasta el fin del mundo si muy lejos, como la historia que cuento hoy. Y si buscas copiloto para tu viaje... llámame.


MADRID-PARIS-FRANKFURT con la "L" a cuestas


Sólo hacía un mes que nos habíamos sacado el permiso de conducir, mi amigo Sebas y yo y para ir cogiendo práctica decidimos hacer un viajecito. Y claro no podía ser ir de Madrid a Guadalajara, no, que ahí no cogeríamos soltura. Decidimos ir de Madrid a Frankfurt y vuelta para dar un paseito de 4.477 kilómetros.



El mérito fue hacer el viaje con el coche con el que fuimos dado que perdía aceite, por lo que todos los días teníamos que rellenar del bidón y además el sistema de refrigeración del coche era totalmente manual: cuando subía la aguja de la temperatura el conductor juntaba dos cables, que salían a la altura del volante y entonces se ponía en funcionamiento el electro-ventilador. ¿ Sebas aun no me has dicho de dónde robaste este coche ?. Eso si potente era porque en las autopistas alemanas (sin limitación de velocidad) cogimos los 170 km/h, y por supuesto llevábamos puesta la L verde y blanca (de novato o como dicen los ingleses de “Learning”)


Ante esas condiciones de coche precisábamos de alguien que entendiese de mecánica y quien mejor que Antonio “Ninio”. Ya sólo nos faltaba encontrar un traductor de francés puesto que tendríamos que cruzar toda Francia hasta llegar a Alemania. Susana fue nuestra elección a la que recogeríamos en Haro (Rioja).

Y así comenzó nuestro viaje. Tras recoger a Susana la primera noche la hicimos en Donostia-San Sebastián que estaba en Aste Nagusia (fiesta grande). Casi toda la noche de juerga y así nos fue. Al día siguiente sólo conseguimos hacer 129 km con la resaca encima y tras atravesar Hendaye y visitar St. Jean de Luz y Bayonne hicimos noche en Messanges.



El viaje trascurrió visitando ciudades como Arcachon, Burdeos, La Rochelle, Nantes y al quinto día llegamos a Paris, ciudad de la luz y del amor. Refugio de poetas y artistas que impregnaron sus calles de bohemia. Cafés parisinos que recuerdan con nostalgia los años de la Belle Epoque.

Tras visitar durante 2 días los lugares más emblemáticos, Torre Eiffel, Notre-Dame, Louvre, etc… nos pusimos de nuevo en camino rumbo a Franfurkt, etapa que hicimos en un solo día.


Al llegar nos alojamos en un pueblecito de los alrededores llamado Bad Homburg en casa de nuestra amiga Mirella. Aquí estuvimos casi 3 días que nos dieron para visitar la ciudad, la fería medieval de Offenbach y otros lugares.




Y tras aprender un poco de las costumbres alemanas comenzamos el viaje de regreso bajando de nuevo hacia Francia y atravesando y visitando Saarbrücken, la preciosa ciudad de Troyes, todo un descubrimiento, Niort curiosamente donde se ubica la central de una empresa para la que empecé a trabajar años después.


Y cerca ya de España en la larga línea costera de las Landas otro descubrimiento fue Vieux Boucau donde nos quedamos 3 días a descansar del viaje antes de regresar a nuestra tierra. Sus largas playas invitan a dar paseos al atardecer. Lugar ideal para surfear por sus grandes olas y donde contrasta el azul del mar con el marrón de las dunas arenosas y el verde de los cientos de kilómetros cuadrados de pinares junto al mar. Con lagos interiores muy cerca de la costa y cientos de caminos y rutas en bici balizadas.


Y tras este breve descanso cruzamos la frontera y entramos de nuevo en España, dejamos a Susana en su casa y en unos cuantos cientos de kilómetros más de nuevo en Madrid tras haber vivido una nueva experiencia enriquecedora a través de un viaje..... ¿Qué mejor manera?

4 comentarios:

Duende dijo...

Si, si, ya me acuerdo... ese no fue el de "Je sui a champignon"...

Carburo dijo...

No en este era "sait où trouver la glace" que nosotros lo pronunciabamos "vu sabe de glasons" y en vez de darnos hielo para la nevera nos daban helados...jajaja

Niño dijo...

"petit glasons" y al final conseguiamos lo que queriamos, los hielos, que en esta ocasión no eran para pasarlos boca-boca(no penseis..). Buen resumen Carburo, las anecdotas las dejamos pa cuando tomemos unas cañitas y nos invada la exaltación y nostalgia... Besitos y Abrazos

Carburo dijo...

Que viaje mas guapo eh Ninio ¡¡¡