La onda expansiva ha tardado por tanto en llegar al frontal de mi oficina 0,005148 segundos. Los cristales de seguridad se han bamboleado literalmente delante de mis ojos, y las mesas, los ordenadores y el propio cuerpo se ha estremecido durante unas décimas de segundo.
Inmediatamente he sabido que se trataba de una bomba y al mirar por la ventana ya se veía la columna de humo que salia del Edificio Central de la U.N. No ha habido ajetreo previo de coches de policía, sirenas, etc... por lo que he intuido que no había mediado aviso previo y el primer pensamiento ha sido para los seres queridos, o conocidos, que podían estar allí en ese momento.
Posteriormente y a medida que he ido sabiendo de esas personas el siguiente pensamiento ya ha sido para la gente en general, pues a priori tendría que haber muertos seguro por lo enorme de la explosión y lo concurrido del lugar, pero gracias a Dios no ha sido así.
Acabo con una reflexión. Es triste lo habituados que estamos ya a este tipo de violencia terrorista día tras día, año tras año. Y digo esto porque si bien por la mañana el tema de conversación en la calle, en las oficinas, en el autobús era el atentado.... a la tarde después de comer el tema de conversación era el partido del Real Madrid con el Real Unión y que también esta noche podemos volver a ver al "Duque" en un nuevo capítulo de Sin Tetas no hay Paraíso.
3 comentarios:
Es muy triste lo habituados que estamos.
No hay que darles ni un segundo de tregua.
Estoy hasta los cojones de que cuando voy por ahi me miren mal por cuatro desalmados.
SI MATAN A ALGUIEN, QUE SEPAN QUE NO ES EN MI NOMBRE.
Todo mi desprecio para esos carroñeros.
pues yo creo que no se merecen ni la publicidad que les estas dando en el blog... pero bueno.. me alegro de que se quede todo en un susto gordo.. y espero que pronto puedan pagar por lo que hacen
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